Elena Huerta Muzquiz

Figura femenina de la lucha comunista en el país, practicante de la tradicional técnica del grabado mexicano y tardía muralista, ingresó este martes 6 de septiembre de 2016 en el Muro de Honor de la sala de sesiones del Palacio de Gobierno de Coahuila.

En el evento se dio lectura al decreto número 59 que, tras la iniciativa del diputado Francisco Tobías Hernández y la aprobación 30 de marzo del en honor a la industria muralista coahuilense, mandaba la inscripción en letras doradas de la artista saltillense.

Durante el evento, el gobernador del estado Rubén Moreira Valdés señaló sobre Huerta que su papel es fundamental dentro de la escuela de la plástica mexicana, destacada por su lucha representar sus valores políticos y superar los estigmas de la mujer del siglo XX.

“Elena Huerta converge el pasado revolucionario y el deseo de un futuro mejor. Adelantada a su tiempo supo traer hasta nuestros días la encarnizada lucha por los derechos sociales que emprendieron Madero y Carranza reafirmando su expresión como artista y el más engendrado liderazgo político”, aseguró Moreira.

Durante su discurso solicitó a Varinia, Ana Elena y Sandra Maldonado Arenal, nietas de la artista presentes en la develación, el permiso para realizar una reedición del libro autobiográfico de Elena, ‘El círculo que se cierra’, publicado en 1999.

Fue así como en presencia de miembros de la sociedad civil, estudiantes y más miembros del gobierno estatal se abrió la cortinilla en la que reposan en dorado las letras del nombre de la artista.

Elena Huerta en letras de oro
Huerta nació en la ciudad de Saltillo el 15 de julio de 1908 siendo hija del general Adolfo Huerta y Elena Múzquiz y siendo heredera de una tradición revolucionaria por parte de su padre y su abuelo, ambos gobernadores interinos en diversos periodos.

Desde muy joven la ‘Nena’, como sus cercanos la conocían, demostró interés y habilidades en las artes plásticas por lo que estudió en la Academia de Pintura como alumna del maestro Rubén Herrera para mudarse en 1927 a la Ciudad de México.

Dadas las complicaciones para desarrollar una carrera en el arte, Huerta llegó a ejercer otro tipo de trabajos, como ser telefonista hasta que fue declarada apta para la enseñanza del dibujo en escuelas primarias, lo que daría inicio a su labor docente.

Ya instalada en la capital, Elena Huerta se introdujo a los movimientos políticos y sociales del momento, integrándose al Partido Comunista Mexicano, esto la llevó, invitada por Diego Rivera, a participar en la marcha del 1 de mayo de 1929.

Durante éste periodo contrajo matrimonio con Leopoldo Arenal y juntos criaron a sus hijos Electa, Sandra y Leopoldo llevando a cabo todos juntos labores de activismo político de izquierda.

Además de ejercer el grabado tradicional mexicano y la pintura, Elena Huerta fue cofundadora de proyectos como la Liga de Escritores y Artista Mexicanos, así como la Compañía de Teatro Guiñol.

Elena Huerta en letras de oro Elena Huerta converge el pasado revolucionario y el deseo de un futuro mejor. Adelantada a su tiempo supo traer hasta nuestros días la encarnizada lucha por los derechos sociales” Rubén Moreira

Tras una lesión en las rodillas, Huerta visitó Europa -entre 1941 y 1945- en búsqueda de un tratamiento para su padecimiento, sin embargo al viajar en medio de la Segunda Guerra Mundial se vio obligada a rodear por Europa del este para llegar a la Unión Soviética, en compañía de sus dos hijas.

Durante este viaje pudo ver las complicaciones y terrores de la guerra, por lo que fue un episodio fundamental en su vida que marcaría en adelante sus acciones políticas y culturales, además de rechazar el tratamiento que buscaba.

En Coahuila es particularmente reconocida por su labor muralista, misma que inició en una etapa tardía de su vida alrededor de los años 50, momento en el que el boom del mural nacional se había apaciguado.

Esto no fue así por falta de interés sino de oportunidades, ya que en aquel entonces las mujeres eran limitadas a trabajar como asistentes de los muralistas hombres, quienes eran designados a crear sus piezas bajo su plaza como maestros del Instituto Nacional de Bellas Artes.

Para ella el camino fue distinto pues tuvo que ingeniárselas para poder trabajar de manera similar a la de sus compañeros.

Originalmente su primer proyecto sería un mural en el Instituto Nacional de las Ciencias y las Arte (hoy el Tecnológico de Saltillo) gracias a su cercana relación con el entonces gobernador Ramón Cepeda, sin embargo no fue posible dado que el director de dicha institución estaba en desacuerdo con el quehacer político de la artista.Elena Huerta en letras de oro. En aquella época el director de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro le pidió que pintara un mural en el auditorio de la nueva sede de la escuela ubicada al sur de Saltillo, primera y única comisión que logró hacer sin goce de sueldo tras solicitar permiso al INBA.

En esa ocasión sus colaboradores fueron su hija Electa Arenal y Eloy Cerecero quien dimitió y dio paso a María Romana Herrera y Chacha Martínez Mortón, quienes concluyeron la pieza ‘La escuela en el campo’. 20 años más tarde Huerta ya se había jubilado como maestra y se trasladó a vivir a Monterrey cuando el alcalde de Saltillo Luis Horacio Salinas le designó la creación de un mural en el entonces Palacio Municipal de Saltillo, hoy el Centro Cultural Vito Alessio Robles.

Fue así como entre 1973 y 1975, con la ayuda de Mercedes Murguía, Cuauhtémoc González, Manuelita Sánchez, Moisés de la Peña y Jesús Negrete erigieron el mural que narra la historia de la ciudad en un espacio de 500 metros cuadrados.

Respetando la naturaleza pedagógica e histórica del muralismo, ‘400 años de historia de Saltillo’ fue la máxima declaración de Huerta sobre su responsabilidad social y el empuje de condiciones igualitarias entre hombres y mujeres en el país.

El dato
> Fungió como artista huésped en el Taller de la Gráfica Mexicana.
> 400 años de historia de Saltillo es el mural más grande hecho por una mujer en el país.
> Murió en la ciudad de Monterrey en 1997.

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1908-1997